El Universo entero es vibración que emerge del sentido primordial “OM”. En mi viaje por mi particular vida he ido aprendiendo muchas cosas, unas desechadas, otras aprendidas para no repetir y otras muchas que se quedaron conmigo. Siempre tuve una especial atracción por la filosofía Budista y en 2007 me llegó mi primer Cuenco Tibetano al iniciarme en esta filosofía, Cuenco que aún conservo, y desde entonces no he parado de descubrir y experimentar con estos objetos. 

Quiero compartir con vosotros diversas terapias que aprendí en el 2019 en Nepal de la mano de Petter y de su gran equipo de SoundPlanetarium del que estoy muy agradecido y las cuales he estado practicando con buenos resultados e interesantes reacciones durante estos años.

Tenemos claro que somos parte de éste universo y como tal nos afecta, de que vivimos sobre una gran bola que está viva, que nos protege y nos nutre, también se queja y se comporta según criterios universales que quizás todavía no conocemos del todo.

Sabemos gracias a la ciencia e investigación que el universo está constituido entre gases, materia etc.. por lo más conocido por todos, las estrellas, los planetas, agujeros negros o satélites que giran alrededor de otros planetas, como en nuestro caso, la LUNA. También es bien sabido y conocido, que todo este conjunto afecta a nuestros sensibles cuerpos por medio de su atracción y sus vibraciones o frecuencias. Un ejemplo muy presente y claro son las mareas. Nacemos bajo una configuración astral e incluso en configuraciones astrales concretas suceden eventos muy relevantes para la humanidad y todo esto porque la atracción y vibración cambia en nosotros y en todo el entorno en el que se ve afectado por esta configuración. En algunas culturas como la budista, se rigen por esta atracción y vibración astral para realizar eventos, casarse e incluso cortarse el pelo y uñas.

Pues bien, todo este conjunto de atracciones y vibraciones que provocan estos movimientos del universo actúa ciertamente de manera sutil en nuestra energía vital, en nuestra vida, nuestra psique y en consecuencia en nuestro estado de animo, incluso pueden llegar a somatizar.

Se han identificado frecuencias de sonido audibles que son sinónimos de ritmos cósmicos (frecuencias planetarias) y se utilizan para apuntar a las desconexiones humanas con su origen universal a fin de sintonizar los sistemas internos para reconectarse con sus fuentes creativas cósmicas. 

Utilizando esta colección de 40 frecuencias astro-médicas tenemos la oportunidad de generar estados más completos de resonancia con el universo y con la propia experiencia humana. Algunos tratamientos se enfocan en los síntomas reales de la enfermedad, otros ofrecen compresión y crecimiento personal.

¿De dónde viene esto de Cuencos tibetanos Planetarios de frecuencias astro-médicas?

Se basa en conocimientos antiguos y modernos sobre la evolución del ser humano en estrecha correlación con los ritmos y las influencias energéticas del universo. El hombre como ser cósmico se forma a través de los ritmos de vida del universo especialmente del sistema planetario.

Los impulsos centrales se basan en la filosofía del Dr. Rudolf Steiner (antroposofía) y el médico del siglo XV ‘Paracelso’, conocido por haber sido el médico más importante e impulsor de la medicina tradicional. Sus filosofías se han moldeado en tratamientos de energía de sonido y vibraciones que apuntan a estados de unión con el universo tanto energética como mental.

Se han identificado frecuencias de sonido audibles que son sinónimos de ritmos cósmicos y se utilizan para apuntar a las desconexiones humanas con su origen universal a fin de sintonizar los sistemas internos y reconectarse.

Así como el universo, los seres humanos siempre estamos vibrando en diferentes frecuencias; siempre estamos atrayendo cosas a nuestra vida sin pararnos a observar si son buenas o malas, y esto ocurre de manera automática y que depende en gran medida del nivel de frecuencia en el que se encuentran vibrando nuestros cuerpos.

“Todo en nuestra vida es vibración”, decía Alberto Einstein.

Te ha sucedido que por mas que hagas afirmaciones, hagas oraciones, decretos, meditaciones etc. las cosas que quieres lograr no se manifiestan o no llegan, te voy a dar una pista para que luego tú emprendas tu viaje para que logres aumentar tu frecuencia vibratoria y tus deseos empiecen a manifestarse en tu vida. (Baila, Salta, aléjate de las personas con las que no vibras, aquellos de pensamientos negativos, cuida tus palabras, medita y visualiza disfrutando verdaderamente que logras lo que estás buscando, oye la musica que te amina y haz cualquier deporte, ofrece tu ayuda, pasea por el mar o montaña, lo que más te guste, sin preocuparte de otra cosa que no sea de tu mejor versión y agradece, gracias, gracias, gracias… el estado de gratitud es una de las vibraciones más altas), de este modo la mente no usará más energía de la que necesita y se centrará en tu cuerpo, en tus sensaciones. ¡Sencillo verdad!. Seguro que para muchos no les he descubierto nada, pero ¿por qué aún así sigo con vibración baja?.

Otra forma de entender la frecuencia vibratoria es el gusto musical que tengas y tu estado de animo. Esto es porque nuestro cuerpo y mente reconoce este lenguaje y sabe que la música es la mejor manera de experimentar la vibración, sobre todo cuando oímos ritmos a diferentes frecuencias vibratorias y nos sincronizamos con ellas a un nivel tan profundo que podemos bailar, llorar o sentir diferentes emociones y sensaciones con ese ritmo. Las notas musicales son 7 pero a partir de ellas se pueden crear infinidades de sonidos y eso explica porque cada vez hay más canciones y nuevos arreglos musicales que nos atraen con sus sonidos.

Terapia_de_Cuencos_tibetanos_planetarios_y_el_zodiaco

Según esto y apoyándonos en la ciencia y en la base de los cálculos para las frecuencias de los planetas que nos fue dada por el matemático y científico musical suizo Hans Cousto, quien tuvo la idea de calcular los movimientos de los planetas y utilizar los resultados de los cálculos de acuerdo con la ley de las octavas y que ha proporcionado la base matemática que aplicamos para las técnicas de medición y afinación de cada cuenco según las frecuencias astro-médicas y su relación con los movimientos planetarios.

Hans Cousto descubrió la base de los sonidos del planeta en 1978 y  que proclama que las órbitas de los planetas son vibraciones cósmicas en sí mismas.

La ley de las octavas es conocida por todos los músicos y dice que cada sonido que se reproduce en otras octavas tiene cualidades similares. Especialmente la interacción de los sonidos como melodía dentro de una octava como efectos similares del estado de ánimo humano y el comportamiento resultante. Entonces los sonidos son repeticiones en diferentes octavas con impactos similares. Por lo tanto, Cousto desarrolló un sistema que permite captar la esencia de un ritmo celeste y traducirlo a una frecuencia que puede ser escuchada por el oído humano de modo que pueden llegar a ser audibles en esencia por el oído humano y pueden sentirse en la persona física y en el aura humana.

Cada órgano, cada emoción, cada célula dispone de una vibración y una frecuencia, y estas pueden variar por causas como; cuando estamos alterados por cualquier circunstancia o sometidos al stress de la vida, estas vibraciones se ven alteradas y bajan, y este desajuste provoca que el organismo sufra somatizando de alguna forma en nosotros en forma de dolencia, depresión u otras patologías derivadas de esta desarmonía armónica y vibracional.

La ciencia ha demostrado que el cuerpo humano está compuesto por Materia, Energía e Información. Donde la materia conforma todo lo que de algún modo se podría tocar. La energía es un tipo de electricidad diferente a la energía eléctrica, que está en constante movimiento tanto en tu interior como en todo el universo. Mientras que a la rapidez del movimiento de esta energía la conocemos como frecuencia. Información es todo lo mental, construido basándonos en creencias, cultura y costumbres de acuerdo a la comunidad donde te hayas desarrollado.

Según estudios que proporcionados por la ciencia, el ser humano funciona en un rango de frecuencia de 16 a 32 Hertzios (Hz) y el universo tiene una vibración natural de 432 Hz., es decir para bailar al ritmo del universo y conectarnos con su poder automático tendríamos que elevarnos a esa escala vibratoria. Se cree que para conectarnos con la conciencia divina y poder hacer «milagros», debemos elevarnos a una frecuencia vibratoria de 963 Hz. No te desanimes, quizás no llegues a esta frecuencia, pero es posible elevar nuestra frecuencia y conseguir nuestros objetivos.

Además de los beneficios terapéuticos, los cuencos tibetanos antiguos y modernos, se utilizan para la decoración de espacios y no tienen por qué corresponder a ninguna frecuencia en particular pero ofrecerte un sonido espectacular y con mucha armonía llegando a producir relajación, e incluso los cuencos usados en sonoterapia, son frecuencias diferentes con propósitos distintos por lo que cada cuenco es una obra de arte única, hecho a mano por artesanos y por medio de técnicas tradicionales. Aunque en la actualidad son difíciles de conseguir estos Cuencos artesanales por la demanda e industria que existe entorno a estos Cuencos.

Si buscas una formación seria y de resultados que complemente tus terapias, esta es esa formación.

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